Llegó la hora de completar la trilogía de comparaciones entre el mundo del básquet y la novela 1984 de George Orwell. Y si se habla de trilogía es imposible no relacionarlo con Michael Jeffrey Jordan. No hay jugador más omnipresente, a la par que Gran Hermano en 1984, en la historia del básquet que Su Majestad.
Su talento ya era reconocido en todos los Estados Unidos mucho antes que sea elegido en la tercera posición del Draft de, casualmente, 1984 por Chicago Bulls. Durante su presencia en la NBA dividió a todos los aficionados al básquet en dos. Los fanáticos de los Bulls (Partido Único) que vivieron obnubilados por su figura durante los seis anillos de campeón que le dio a su franquicia, con un porcentaje de efectividad perfecto: seis finales disputadas, seis ganadas. Y por el otro lado una gran cantidad de equipos que vivieron totalmente aislados de triunfos (gente extremadamente pobre aislada de la política).
Pocos equipos se han animado seriamente a romper con su régimen “totalitario”, así como lo intentó Winston Smith en la novela. Utah Jazz, con la pareja Karl Malone y John Stockton, fue la franquicia que intentó dar el golpe en dos oportunidades: 96/97 y 97/98. Pero MJ y compañía se encargaron de torturarlos de una forma que nada tiene que envidiarle a la realizada por la policía del pensamiento sobre Smith en el Ministerio del Amor: Era el sexto partido de la final de la temporada 97/98 en Utah. Faltaban 40 segundos y Chicago perdía 86-83. Jordan anotó una bandeja ante varios defensores de los Jazz, colocando al equipo un punto abajo (86-85). En la nueva posesión de Utah, Malone recibió en el poste bajo, mientras era defendido por Rodman. Pero Jordan llegó por detrás y le robó el balón. Frenó el ataque sobre la línea de tres, con la defensa de Bryon Russell. Tras unos instantes picando tranquilamente el balón, Jordan se dispuso a atacar el aro, quitándose a Russell de encima con una finta que lo mandó unos metros para atrás y le dio fama eterna. Jordan, sin defensa alguna, lanzó y anotó el doble que le dio la victoria y el título a Chicago. Sería su última conversión con la roja de los Bulls. De esta forma Utah, al igual que sus otros rivales en finales: Los Ángeles Lakeres (90/91), Portland Trail Blazers (91/92), Phoenix Suns (92/93) y Seattle SuperSonics (95/96), que al igual que Winston terminaron aceptando y admirando lo que dice el Gran Hermano o MJ.
El Gran Hermano suple a todo personaje político y Air Jordan traspasó todas las fronteras y es más que un simple jugador de básquet. Incluso muchos, obnubilados por sus actuaciones dentro de una cancha, han pensado que Michael Jordan no es una persona real, tal como lo insinúa Orwell en su novela.